EL CINE BAJO LA ALMOHADA

La crisis financiera supone falta de liquidez monetaria dentro del sistema bancario. Se originó como consecuencia de la crisis desencadenada en Estados Unidos por las llamadas “hipotecas subprime” (hipotecas basura respaldadas por activos o clientes de muy dudosa solvencia económica). Esta crisis llevó prematuramente a la quiebra de fondos de inversión y empresas aseguradoras norteamericanas que garantizaban esos activos tóxicos.

Pronto se generalizó en las economías mundiales cada vez más interdependientes, aliándose con los problemas de la economía de cada país. En España enlazó con la “burbuja inmobiliaria”, que suponía la quiebra de un mercado inmobiliario claramente sobresaturado. Como eslabón final se desemboca en una crisis económica global con sus consecuencias tradicionales de frenazo del consumo y aumento del paro.


La reacción de las autoridades monetarias y de los bancos centrales concertados se centró primero en atajar la crisis financiera que había sido el origen de todo, por medio de la inyección de grandes cantidades de dinero en el sistema bancario, que permitieran la compra por el Estado de los activos financieros de los Bancos. La siguiente fase en la que ahora nos encontramos tiene por objeto trasladar ese salvamento público a las empresas y consumidores. También se intenta aumentar la inversión pública en obras de infraestructura para paliar la crisis del sector de la construcción. Otro objetivo es sustituir la compra por el alquiler y la rehabilitación de viviendas.

Finalmente se entiende deseable una bajada de impuestos, aprovechando la buena salud de las finanzas públicas, para que aumente el consumo que pueda tirar de la actividad productiva. De todas formas estamos inmersos en una crisis compleja, de consecuencias y duración absolutamente impredecibles. No obstante, para nada nos encontramos en un final del capitalismo ni en una crisis del mercado, como algunos ideológicamente desearían. Lo que sí parece es que nos encontramos en un cambio de ciclo y de tendencia, que llevaría a sustituir los elementos neoliberales por un mayor control e intervención de los mecanismos regulatorios de los mercados. En definitiva, todo el mercado que sea posible y todo el control estatal que sea necesario. Volvemos a Keynes sin alejarnos de un cierto liberalismo.

Las fotografías escogidas para la elaboración del vídeo provienen de: "Google imágenes" y las de las rebajas son de mi propiedad, hechas en la Calle Puerta Nueva de Murcia.